Diseñado especialmente para liberar tensiones profundas, el masaje antiestrés es un momento de pausa, reconexión y cuidado consciente. Desde el inicio, una terapeuta ucraniana te recibe con suavidad y, si lo deseas, te acompaña en una ducha relajante que te ayuda a dejar atrás el ritmo del día y abrirte al descanso. Durante la sesión, la terapeuta se enfoca en las zonas donde se acumula el estrés — como cuello, hombros, espalda o piernas — aplicando una combinación de amasado, estiramientos delicados y presión suave para restaurar la armonía. Cada movimiento está pensado para calmar el sistema nervioso, soltar bloqueos físicos y emocionales, y renovar tu energía interior. Incluso al finalizar, cuando llega el momento de enjuagar los aceites, ella permanece cerca — presente, atenta, acompañándote hasta el último instante. Este tratamiento no solo relaja el cuerpo, sino que también serena la mente, dejando una profunda sensación de bienestar, equilibrio y ligereza.